Checklist for Autism in Toddlers (CHAT)
Es una prueba de detección temprana
de problemas del espectro autista, y como tal está dirigida a establecer la
existencia de indicadores psicológicos de riesgo de autismo en niños de 18
meses. En su origen fue diseñada para ser aplicada por médicos pediatras, y de
hecho hay países en los que forma parte de las revisiones rutinarias de la
salud de los niños. Su aplicación es muy rápida (entre 20 y 30 minutos) y es
una prueba que no se comercializa, sino que se ofreció en un manual en inglés.
Consta de dos apartados diferentes, con un total de 14 items: ---En el primero,
se pregunta a los padres cuestiones como si su hijo/a se interesa por otros
niños, si utiliza gestos para señalar, o si interactúa con ellos de manera
apropiada. ---En el segundo apartado, el evaluador presenta varias situaciones
relacionadas con el lenguaje y el juego imaginativo, para comprobar sus
reacciones. En función de la cantidad de ítems que no se superan correctamente,
se establece un grado de riesgo de sufrir autismo. Por tanto, es una prueba de
screening que alerta sobre potenciales problemas, que deben confirmarse con la
administración de otras pruebas más completas y con el seguimiento en el
tiempo. La versión española.
Cuestionario de comunicación social (SCQ)
Es otro instrumento de screening
destinado a evaluar de forma rápida las capacidades de comunicación y de
relación social de niños que pudiesen padecer trastornos del espectro autista
(TEA). Permite recoger los síntomas observados por los padres o cuidadores de
los niños para poder decidir adecuadamente si es conveniente remitirlos a una
evaluación más profunda. Esta prueba está relacionada con el ADI‐R, que permite
realizar un análisis más profundo de los síntomas relevantes para el
diagnóstico de los trastornos del autismo en relación con otros posibles
trastornos como los relacionados con el lenguaje.
Entrevista diagnóstica de autismo (ADI‐R)
La Autism Diagnostic Interview una entrevista
semi‐estructurada que permite una evaluación detallada de aquellos niños y
adultos que muestran un posible trastorno de autismo (o un trastorno del
espectro autista). Es un instrumento muy útil para el diagnóstico formal de
niños a partir de 2 años, y su aplicación lleva unas dos horas. Está compuesto
por 93 items, que se centran en tres aspectos o dominios principales: lenguaje
y comunicación, interacciones sociales recíprocas, y comportamientos
estereotipados y repetitivos. De esta forma, se cubren un total de ocho áreas
de contenido relacionado con el autismo, específicamente: Historia del sujeto.
Desarrollo temprano. Adquisición del lenguaje y pérdida de lenguaje.
Funcionamiento actual en los aspectos lingüísticos y comunicativos. Desarrollo
social y de juego. Intereses y comportamiento. Comportamientos clínicamente
relevantes (agresiones, etc). Los resultados del ADI‐R pueden emplearse para
diagnosticar los trastornos autistas en poblaciones de alto riesgos (por
ejemplo, niños con problemas severos de desarrollo o con alteraciones médicas),
y los estudios realizados señalan que es bastante efectivo a la hora de
distinguir entre problemas de autismo y otros cuadros similares, así como entre
problemas de autismo clásico y otros trastornos del espectro autista. CSBS-CS
(Escala de Conducta comunicativa y simbólica)
Prueba de diagnóstico ACACIA
Esta prueba, diseñada por
investigadores españoles, evalúa problemas de autismo en niños a partir de 2
años. Plantea como uno de sus objetivos principales la presentación de
situaciones que generen estrategias sociales básicas, como las instrumentales o
las de anticipación, que permitan la observación de categorías relevantes en la
interacción social. Está dirigida a niños y niñas con muy escasas o nulas
competencias a nivel de lenguaje expresivo funcional, y con una edad mental
inferior a 36 meses. Se parte de una situación de interacción estructurada, en
la que el evaluador actúa de acuerdo con un guión previamente establecido. Se
plantean diez situaciones que se graban en video, y que ocupan unos 15 minutos.
Algunas de las situaciones de las que consta esta prueba son: muestra de
juguetes, muestra de comida, juegos interactivos o actitud pasiva sin objetos.
Posteriormente, se interpretan las grabaciones con una guía que se centra en
aspectos como la sonrisa del niño, el uso funcional de objetos, el nivel
comunicativo, la interacción social mostrada o el tipo de juego.
ABAS
La evaluación de la conducta
adaptativa constituye, en muchos casos, un complemento esencial de la
evaluación de la inteligencia, autismo o trastornos del espectro autista, TDAH,
deterioro cognitivo, etc. La utilización de este tipo de instrumentos se erige
cada vez más como un requisito imprescindible para realizar diagnósticos tales
como el de discapacidad intelectual. El ABAS-II es un instrumento de evaluación
de la conducta adaptativa desde el nacimiento hasta los 89 años. Su objetivo es
proporcionar una evaluación completa de las habilidades funcionales diarias de
una persona en distintas áreas o contextos con el fin de determinar si es capaz
de desenvolverse en su vida cotidiana sin precisar la ayuda de otras personas.
Las áreas que evalúa son Comunicación, Utilización de los recursos
comunitarios, Habilidades académicas funcionales, Vida en el hogar o Vida en la
escuela, Salud y seguridad, Ocio, Autocuidado, Autodirección, Social, Motora y
Empleo. Además de las escalas anteriores, el ABAS-II también ofrece
puntuaciones en tres índices globales: Conceptual, Social y Práctico, así como
un índice global de conducta adaptativa (CAG). La información sobre la conducta
adaptativa del evaluado se recoge por medio de ejemplares que son completados
por sus padres y profesores, en el caso de los niños y adolescentes y, en el
caso de los adultos, por personas adultas allegadas al sujeto evaluado
(familiares, compañeros, cuidadores...) o bien de manera auto-informada.
Autism Diagnostic Observation Schedule (ADOS)
Es una escala observacional semi‐estructurada
que puede emplearse para evaluar posibles casos de autismo en pacientes de
todas las edades y competencias lingüísticas. Para ello, el ADOS plantea
diversas actividades que generan un contexto controlado que permite al
evaluador observar los comportamientos sociales y comunicativos relacionados
con el autismo. Está compuesta por cuatro módulos de actividades, de forma que
cada persona evaluada sólo pasa por uno de ellos dependiendo de su edad y sus
capacidades lingüísticas:
Módulo 2: diseñado para niños que ya dominan las primeras
frases, pero que todavía no tienen una fluidez verbal completamente
desarrollada.
Módulo 3: diseñado para niños que tengan el lenguaje
completamente adquirido.
Módulo 4: diseñado para adolescentes y adultos.
Entre
las actividades planteadas dentro de estos módulos para servir como contextos
para la observación, aparecen el juego libre, tareas de construcción con
bloques, responder a nombres, imitar una tarea después de ver un modelo,
describir imágenes, contar historias escritas, juegos con emociones, etcétera.
La escala ADOS incluye instrucciones muy precisas para pasar y puntuar las
distintas actividades. Posteriormente se obtiene una puntuación global que se
compara con puntuaciones de corte de manera que los niños cuya puntuación se
sitúa sobre un punto de corte (que depende de la edad) se pueden considerar
autistas. Además, se ofrecen puntuaciones de corte para establecer un
diagnóstico de autismo según una visión clásica, o de un trastorno general del espectro
autista.
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