Principio I: Proporcionar
Múltiples Formas de Representación (el qué del aprendizaje)
Los
alumnos difieren en la forma en que perciben y comprenden la información que se
les presenta. Por ejemplo, aquellos con discapacidad sensorial (ceguera o
sordera), dificultades de aprendizaje (dislexia), con diferencias lingüísticas
o culturales, y un largo etcétera
pueden
requerir maneras distintas de abordar el contenido. Otros, simplemente, pueden
captar la información más rápido o de forma más eficiente a través de medios
visuales o auditivos que con el texto impreso. Además, el aprendizaje y la
transferencia del aprendizaje ocurren cuando múltiples representaciones son
usadas, ya que eso permite a los estudiantes hacer conexiones interiores, así
como entre conceptos. En resumen, no hay un medio de representación óptimo para
todos los estudiantes; proporcionar múltiples opciones de representación es
esencial.
Principio II: Proporcionar
Múltiples Formas de Acción y Expresión (el cómo del aprendizaje)
Los
aprendices difieren en las formas en que pueden navegar por un entorno de
aprendizaje y expresar lo que saben. Por ejemplo, las personas con alteraciones
significativas del movimiento (parálisis cerebral), aquellos con dificultades
en las habilidades estratégicas y organizativas (trastornos de la función
ejecutiva), los que presentan barreras con el idioma, etc., se aproximan a las
tareas de aprendizaje de forma muy diferente. Algunos pueden ser capaces de
expresarse bien con el texto escrito, pero no de forma oral y viceversa.
También hay que reconocer que la acción y la expresión requieren de una gran
cantidad de estrategia, práctica y organización, y este es otro aspecto en el
que los aprendices pueden diferenciarse. En realidad, no hay un medio de acción
y expresión óptimo para todos los estudiantes; por lo que proveer opciones para
la acción y la expresión es esencial.
Principio III: Proporcionar
Múltiples Formas de Implicación (el porqué del aprendizaje)
El
componente emocional es un elemento crucial para el aprendizaje, y los alumnos
difieren notablemente en los modos en que pueden ser implicados o motivados
para aprender. Existen múltiples fuentes que influyen a la hora de explicar la
variabilidad individual afectiva, como pueden ser los factores neurológicos y
culturales, el interés personal, la subjetividad y el conocimiento previo,
junto con otra variedad de factores presentados en estas Pautas. Algunos
alumnos se interesan mucho con la espontaneidad y la novedad, mientras que
otros no se interesan e incluso les asustan estos factores, prefiriendo la
estricta rutina. Algunos alumnos prefieren trabajar solos, mientras que otros
prefieren trabajar con los compañeros. En realidad, no hay un único medio que
sea óptimo para todos los alumnos en todos los contextos. Por tanto, es
esencial proporcionar múltiples formas de implicación.