jueves, 17 de marzo de 2016

¿Una escuela inclusiva, para todos, o una escuela selectiva, para unos cuantos?

Para decidir qué tipo de educación es la que queremos debemos conocer los objetivos y finalidades que ofrecen los dos tipos de escuelas.

Educación Selectiva VS Educación Inclusiva

¡TÚ DECIDES!

Escuela selectiva

La educación selectiva es aquella que no se centra únicamente en que los alumnos aprendan cuantas más cosas mejor, sino, en que aprendan más que los alumnos de las demás escuelas, y más que los otros alumnos de la misma escuela. Formando a ciudadanos competitivos.

Además en este tipo de escuela se selecciona al alumnado en función de su capacidad para aprender, puesto que los saberes que se consideran más importantes tienen un carácter fundamentalmente académico, enciclopédico, y se entienden como el conjunto de conocimientos codificados y debidamente clasificados que se van acumulando a lo largo de la escolaridad.

Por último el objetivo primordial de la escuela selectiva es hallar métodos eficaces que le sirvan para lograr su fin: conseguir un índice de éxito más alto. El mejor método es el que le permite enseñar más de cada cosa a los alumnos que previamente ha seleccionado (los que «pueden» y «quieren»), y no el que ayuda a enseñar a más alumnos hasta el máximo de lo que éstos pueden aprender, aunque no «puedan» o no «quieran» hacerlo. 

Escuela inclusiva

La educación inclusiva tiene como objetivo que la escuela contribuya a adquirir, hasta el máximo de las posibilidades de cada uno, todas las habilidades técnicas (cómo hablar, leer, calcular, orientarse, etc.) y sociales (cómo comunicarse, respetarse, etc.) que son necesarias para ser, vivir y convivir. No se trata de saber más que los demás, sino de saber todo cuanto se pueda y compartir el conocimiento para así alcanzar metas comunes y transformar y mejorar la sociedad. Se trata de hacer ciudadanos competentes, pero no competitivos sino cooperativos; ciudadanos tolerantes y respetuosos con las diferencias, pero no permisivos; ciudadanos libres, críticos y responsables. En una educación inclusiva, se insiste en la necesidad de formar una personalidad autónoma y crítica, y no sólo competente y hábil.


Decimos que es una escuela inclusiva para todos no sólo porque todos pueden, a un nivel u otro, y sino también porque es una escuela en la que cabe todo el mundo, no sólo unos cuantos.

La escuela inclusiva se preocupa, fundamentalmente, de encontrar métodos, estrategias y maneras de organizar la clase que le permitan atender a alumnos diferentes, sin que nadie salga perjudicado, aunque no «quieran» o no «puedan» aprender. Este es el reto: encontrar métodos que permitan enseñar más cosas a más alumnos sobre los contenidos de las diferentes áreas, hasta el máximo de las posibilidades o capacidades de cada uno.

La diversidad, para una educación y una escuela inclusivas, es algo natural y enriquecedor, y por este motivo hay que encontrar la manera de atenderla de forma adecuada, potenciando las diferencias que nos hacen singulares y compensando, combatiendo o anulando, si es posible, las desigualdades.

YO LO TENGO CLARO
¿Y VOSOTROS? 

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