Para
decidir qué tipo de educación es la que queremos debemos conocer los objetivos
y finalidades que ofrecen los dos tipos de escuelas.
Educación Selectiva VS Educación Inclusiva
¡TÚ DECIDES!
Escuela selectiva
La
educación selectiva es aquella que no se centra únicamente en que los alumnos
aprendan cuantas más cosas mejor, sino, en que aprendan más que los alumnos de
las demás escuelas, y más que los otros alumnos de la misma escuela. Formando a
ciudadanos competitivos.
Además
en este tipo de escuela se selecciona al alumnado en función de su capacidad
para aprender, puesto que los saberes que se consideran más importantes tienen
un carácter fundamentalmente académico, enciclopédico, y se entienden como el
conjunto de conocimientos codificados y debidamente clasificados que se van
acumulando a lo largo de la escolaridad.
Por
último el objetivo primordial de la escuela selectiva es hallar métodos
eficaces que le sirvan para lograr su fin: conseguir un índice de éxito más
alto. El mejor método es el que le permite enseñar más de cada cosa a los
alumnos que previamente ha seleccionado (los que «pueden» y «quieren»), y no el
que ayuda a enseñar a más alumnos hasta el máximo de lo que éstos pueden
aprender, aunque no «puedan» o no «quieran» hacerlo.
Escuela inclusiva
La
educación inclusiva tiene como objetivo que la escuela contribuya a adquirir,
hasta el máximo de las posibilidades de cada uno, todas las habilidades
técnicas (cómo hablar, leer, calcular, orientarse, etc.) y sociales (cómo
comunicarse, respetarse, etc.) que son necesarias para ser, vivir y convivir.
No se trata de saber más que los demás, sino de saber todo cuanto se pueda y compartir
el conocimiento para así alcanzar metas comunes y transformar y mejorar la
sociedad. Se trata de hacer ciudadanos competentes, pero no competitivos sino
cooperativos; ciudadanos tolerantes y respetuosos con las diferencias, pero no
permisivos; ciudadanos libres, críticos y responsables. En una educación
inclusiva, se insiste en la necesidad de formar una personalidad autónoma y
crítica, y no sólo competente y hábil.
Decimos
que es una escuela inclusiva para todos no sólo porque todos pueden, a un nivel
u otro, y sino también porque es una escuela en la que cabe todo el mundo, no
sólo unos cuantos.
La
escuela inclusiva se preocupa, fundamentalmente, de encontrar métodos,
estrategias y maneras de organizar la clase que le permitan atender a alumnos
diferentes, sin que nadie salga perjudicado, aunque no «quieran» o no «puedan»
aprender. Este es el reto: encontrar métodos que permitan enseñar más cosas a más
alumnos sobre los contenidos de las diferentes áreas, hasta el máximo de las
posibilidades o capacidades de cada uno.
La
diversidad, para una educación y una escuela inclusivas, es algo natural y
enriquecedor, y por este motivo hay que encontrar la manera de atenderla de
forma adecuada, potenciando las diferencias que nos hacen singulares y
compensando, combatiendo o anulando, si es posible, las desigualdades.
YO
LO TENGO CLARO
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